jueves, agosto 30, 2012

Viajar sola

Muchas cosas que definen mi estar en el mundo las he aprendido del teatro. He aprendido en el acto de recorrer un espacio, en el acto de traspasarlo una y mil y veces, que hay espacios sagrados. A esos espacios hay que entrar con la conciencia y el respeto en ejecución.

He aprendido a mirar los gestos que expresan las relaciones de poder o sumisión, de amor u odio entre las personas. He aprendido que ya sabía percibir la energía de las personas.

He aprendido que una hace el espacio y que el espacio la hace a una.

He aprendido también que poder usar todo el cuerpo es lo más maravilloso que puedes alcanzar: tener el cuerpo despierto y ansioso de accionar en el mundo.

También las palabras. Hay diálogos de Lorca por ejemplo que los podría repetir una y mil veces y aún así jamás estaría saciada, porque hay vigor, deseo y fatalidad ahí. Descubrí la fuerza de ser, en el teatro.

Aprendí también la importancia de la prolijidad y la disciplina. La economía de los actos. La belleza de lo escaso.

Los sonidos que acompañan el movimiento - me encanta ahora provocar el silencio total y poder escuchar los minúsculos sonidos de mi cuerpo cuando se viste o cuando acomoda el cuarto para el sueño.

También aprendí la actitud que debe una tener cuando viaja sola. Debes mantener la templanza, registrar la extrañeza en el espacio ajeno, registrar y registrar lo ajeno, lo que está fuera de ti, sin jamás sucumbir al miedo. Y callar, guardándolo todo en la memoria del cuerpo y del corazón.

Viajar sola es un arte. Humildad, orgullo y resistencia.

sábado, agosto 18, 2012

espera

esperar. una imagen y esperas de nuevo. yo no sabía que la espera había sido una manera de estar viva.