jueves, enero 12, 2012

Pequeñas crueles puntas

Volví a caer sobre las rodillas. El año pasado sobre las piedras de caliza, las pequeñas crueles puntas. Esa vez (tan lejos de casa) el dolor casi me vence, pero después recordé quién soy y no lloré. Quedó de entonces una linea oscura. Hace unos días, resbalando me caí. Las rodillas. Se van marcando los caminos del fin.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

A veces, de tanto caminar parece que perdemos el equilibrio, nos hundimos en la arena, nos resbalamos entre piedras. A veces algunos esperan que nos caigamos, a veces setimos esas miradas con energía adversa como empujándonos. Aún así, nunca perdemos la fortaleza, el hilo conductor que nos sostiene, esa fuerza espiritual que nos permite no sólo sobrevivir, sino sortear obstáculos. Levantarnos y seguir caminando.

Dunia

9:51 a.m.  

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