La piedra
Una piedra fría y enorme entre el pecho y el vientre. Enamorada del río, me lanzo al agua y la piedra me traiciona. Quiso llevarme el río y era yo apenas una mujer muda, con un ancla pétrea dentro.
El río transparente, el río transparente, el agua clara, el agua clara, sus ojos su piel de agua, es buena el agua y ahoga, es buena buena el agua y mi piedra que pesa, seca y dura.
¿Era yo también río? (¿sabes curar? me pide él, y yo no sé cómo) ¿acaso no puedo yo sanarlo? Podría, claro, partiéndome, carne indefensa, desembarazar lo muerto y dejarlo vencido en el fango del fondo, abandonado lo que persiste muerto en mí.
Bien querida podría ser del río, y el río pasa.
Mujer muda se hunde y se ahoga.
El río transparente, el río transparente, el agua clara, el agua clara, sus ojos su piel de agua, es buena el agua y ahoga, es buena buena el agua y mi piedra que pesa, seca y dura.
¿Era yo también río? (¿sabes curar? me pide él, y yo no sé cómo) ¿acaso no puedo yo sanarlo? Podría, claro, partiéndome, carne indefensa, desembarazar lo muerto y dejarlo vencido en el fango del fondo, abandonado lo que persiste muerto en mí.
Bien querida podría ser del río, y el río pasa.
Mujer muda se hunde y se ahoga.
3 Comments:
Es como si no existieras para nada más que para escribir.
Eso se siente en este último.
:)
Me has devuelto a esos momentos de Virginia Wolf que muchas veces he compartido con su recuerdo y que la película "Las Horas", la última que me hizo llorar, me ofreció en imágenes. Detesto pegarle adjetivos a lo que me emociona. Lo que escribes me emociona, nada más. Sólo puedo ofrecerte a cambio una antología personal. Mis versos son duros, dicen, pero a lo mejor algo te gusta. Están en http://elcuartoreino.googlepages.com. Gracias, muchas gracias. María Mir (Maria Mir y Ana Braga es el nombre visible en blogger porque llevamos otro proyecto)
Gracias a ambas, por iluminar la noche.
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