sábado, septiembre 08, 2007

Aún así

Cuando se convenció de que las palabras eran inútiles, dejó de decirlas, y empezó el hambre.

Pasaba el tiempo, pero seguía el silencio. Y su hambre.

Entonces empezó a comerse los dientes. Y después fue comiéndose la boca. Luego masticó los dedos de sus manos, y sus manos. Comió su cuello, sus orejas. Se tragó el vientre, las estrías, los vellos. Se devoró toda, hasta desaparecer.

Aún así, después de ella, permaneció el hambre.

Incólume, el hambre.

4 Comments:

Blogger zero said...

Soy un lector reciente de su blog. La manera en que se enlazan las palabras me parece muy espiritual, contundente y bien lograda. Ante todo, creo que este espacio logra trasmitir imágenes y emociones muy vivamente; por ejemplo, en esta entrada, la idea de que el hambre aún así persiste...

Saludos.

3:51 p.m.  
Blogger rober said...

Digame porfavor es usted la conocida historiadora que sale en la television? si es asi realmente seria un honor leerla, gracias, un saludo.

9:19 p.m.  
Blogger Claudia, hija de Matilde said...

No Rober, no soy yo.
Yo soy otra.
Ella es Paula. Yo soy esto.

9:24 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Soy una gran admiradora de su prosa, aunque recién la he descubierto con el cielo a mis espaldas :) realmente tiene una sensibilidad hermosa. Sus investigaciones también son increíbles... yo soy liliana, tengo 22 años y estudio comunicación en la UCB de la La Paz. Soy de Trinidad y este rinconcito suyo me hace bien.

9:52 a.m.  

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