domingo, abril 02, 2006

después del final

cuando ya todo ha terminado
y aún así aceptamos
volver a comenzar
siempre queda
con los ojos ciegos
un rehén mancillado:

el espíritu niño
de uno de
nosotros dos

gestos como cartones
silencios de protocolo
para que no te vayas
para que no te vayas

inútil arranque
de pánico

y a pesar de todo
por encima del arrojo
como siempre, torpe
la soledad

3 Comments:

Blogger Gary Daher said...

Para que no te vayas
Para que no te vayas

¿Por qué -desesperación de los adioses- tenemos que cortarnos los labios con esas navajas de afeitar?

La cotidianidad, pecesillo monstruoso, tiene dientes filudos, duros, y una vez que nos ha mordido con sus memorias de cariño no suelta la presa. Entonces al tratar de arrancarla se lleva pedazos de nosotros, dejando libre el hueso, blanco testigo de nuestro cuerpo ahora incompleto.

11:23 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

sabes dónde radica la belleza de tus versos? en ese aspecto de humanidad que muy pocas mujeres poseen, la conciencia de su femineidad...
Bueno, nunca me he sentido tan mujer como cuando te leo.. me siento frágil.. indefensa... pero a la vez, fuerte, violenta...intensa... Mujer...
Alguna vez has visto las esculturas de Camille Claudel?? tus poemas se asemejan a ellas... al menos siento el mismo desgarramiento en mi... me autodescubro... y me siento hermosa...
Gracias

11:36 a.m.  
Blogger jorge angel said...

A veces, cuando te leo, se me eriza la piel.

besos

1:07 p.m.  

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