La punta de su lengua
Como si hubieran estado esperando en la punta de su lengua aquellas dos palabras, Ernesto me toma de la mano después de que le doy un beso en la mejilla. Ya es tarde y los estoy acostando. Cansada, no veo la hora de estar sola, en mi cuarto silencioso y suspendido. Le doy un beso apurado y me aparto, pero él me toma de la mano. Apenas un instante.
Hace un rato, estaban ellos corriendo alrededor del comedor. ‘Competencias’ decía Natalia, y los otros dos, Ernesto y Francisco, seducidos por Natalia y su poder de convencimiento, giraban y giraban alrededor de las sillas, sudando ya. Abro el paquete de galletas. Ellos no dejan de correr, divertidos con la inutilidad de todo aquello. Pasan a mi lado como viento. De hecho, hay viento y es de ellos, que giran como las astas de un ventilador. Pasa Ernesto y le alcanzo una galleta. Pasa Francisco y me arranca otra. Pasa Natalia, le doy una (ella no las come, se las guarda en la mano). Reímos todos, no sé por qué.
Después los acuesto. Sudados, no importa. Estoy tan cansada.
Pero Ernesto me retiene de la mano y sin pensar siquiera, como si hubieran estado esperando en la punta de su lengua aquellas dos palabras, susurrando: ‘te quiero’.
Hace un rato, estaban ellos corriendo alrededor del comedor. ‘Competencias’ decía Natalia, y los otros dos, Ernesto y Francisco, seducidos por Natalia y su poder de convencimiento, giraban y giraban alrededor de las sillas, sudando ya. Abro el paquete de galletas. Ellos no dejan de correr, divertidos con la inutilidad de todo aquello. Pasan a mi lado como viento. De hecho, hay viento y es de ellos, que giran como las astas de un ventilador. Pasa Ernesto y le alcanzo una galleta. Pasa Francisco y me arranca otra. Pasa Natalia, le doy una (ella no las come, se las guarda en la mano). Reímos todos, no sé por qué.
Después los acuesto. Sudados, no importa. Estoy tan cansada.
Pero Ernesto me retiene de la mano y sin pensar siquiera, como si hubieran estado esperando en la punta de su lengua aquellas dos palabras, susurrando: ‘te quiero’.
8 Comments:
Hola Claudia,
me gusta tu sensibilidad y la ternura con la que contas de la cotidianidad con tus hijos. Es como el tiempo suspendido, una burbuja apacible. Y siempre es un momento lindo para empezar el dia. Gracias !
Que lindo. Esas son las cosas por las cuales vale la pena levantarse todos los días. Es el mejor remedio para tu cansancio…es el mejor remedio para todo.
Que lindo. Esas son las cosas por las cuales vale la pena levantarse todos los días. Es el mejor remedio para tu cansancio…es el mejor remedio para todo.
claro, y con sólo esas dos palabras tu día se llenó de sentido.
besos
Claudia,
Te escuché en el encuentro de escritores que hubo el año pasado en cbba; fue como abrir una puerta por la entró mucha luz.
Que suerte encontrar tu blog.
qué bello, Claudia... imagino la luz en tu rostro en ese preciso instante...
seres urbanos, aún humanos.
Es hermoso cómo estos pedacitos de vida pueden dar sentido a la nuestra, cada día, con solo gestos, con tres palabras tan profundas, tan del corazón.
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