Varias cosas
Apenas terminado de escribir ese pequeño texto, pensó que al castellano le faltaban varias cosas: un ‘él’ que pudiera diferenciar entre
- un ‘él’ objeto,
- un ‘él’ persona,
- y un ‘él’ persona amada.
También le hacían falta al castellano un ‘su’ de mujer y un ‘su’ de varón.
Así ella podría escribir de ‘él’ (persona amada) sin nombrarle necesariamente (porque al fin y al cabo, se dijo, nombrar es limitar, y pudiera él, o lo que ella de él piensa, no encajar en el nombre que le habían puesto ‘sus’ (los de él) padres hace tantos años), y podría hablar de ‘su’ (la de él) risa sin que nadie pensara, confundido, que estaba hablando de la ‘suya’ (de mujer) propia.
- un ‘él’ objeto,
- un ‘él’ persona,
- y un ‘él’ persona amada.
También le hacían falta al castellano un ‘su’ de mujer y un ‘su’ de varón.
Así ella podría escribir de ‘él’ (persona amada) sin nombrarle necesariamente (porque al fin y al cabo, se dijo, nombrar es limitar, y pudiera él, o lo que ella de él piensa, no encajar en el nombre que le habían puesto ‘sus’ (los de él) padres hace tantos años), y podría hablar de ‘su’ (la de él) risa sin que nadie pensara, confundido, que estaba hablando de la ‘suya’ (de mujer) propia.
1 Comments:
No hay palabra, que pueda retener, detener, un sentimiento. Mo hay recuerdo que pueda encerrarse en un papel, ni siquiera en una imagen...Para llamar a los vocablos ausentes, tal vez tendríamos que inventar un idioma propio, que sólo nosotras entendemos....
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