viernes, mayo 04, 2007

La prisa y el tiempo

¿‘Me puede depilar las cejas?’ le digo. Iba saliendo de mi oficina y la vi ahí, parada en la puerta de la peluquería. Diez minutos no son nada, pensé.

‘Mmmm’, murmura ella, sonriendo sin mostrar los dientes. Morena, cara redonda, los rasgos sinuosos y mansos (bien cambita). Ya me detuve e insisto con la mirada, sin decir nada.

‘Es que no tengo cera’. Está allí, el hombro apoyado en la puerta. No hay clientes dentro y ella ha salido a mirar la calle.

‘Es con pinza’, le digo.

‘Mmmm’ balancea el cuerpo, tímida y acorralada. Van pasando posibles frases por su cabeza, va buscando cómo zafarse, por dónde escapar. Es que no le da la gana nomás, pienso y por eso mismo insisto, me planto, no le ahorro incomodidad a la situación. Si está para eso, si es su trabajo.

‘Mmmm (busca y busca) es que no traje mis pinzas’, ahora sí, muestra los dientes, casi riéndose de sí misma, de tan no creíble su excusa.

¿Yo? la rabia, la inutilidad. ‘Bueno, vuelvo otro día’ (la prisa), y me voy.

Ella se queda apoyada en la puerta, con toda su juventud y el tiempo (el suyo propio) mirando el final de una tarde en la Cristóbal de Mendoza.


para Ricardo

3 Comments:

Blogger Alba Miranda said...

ya quisiera yo poder darme el "lujo" de ser dueña del tiempo y no el tiempo dueño mi ser....
quisiera tener ese poder de poder "ver pasar el tiempo"...

6:55 p.m.  
Blogger un ciclista said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

9:00 a.m.  
Blogger un ciclista said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

2:09 p.m.  

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