viernes, abril 13, 2007

Insistentes

Todavía le cuelga el cordón, pero insiste. Natalia lo toma, le acomoda para él un hueco entre sus manos. Contenido en el calor de carne, deja de llorar. Un momento. Después sigue buscando, sin saber que lo hace. Es el instinto. Busca la madre y su teta (pero no tiene madre).

A lo largo de la tarde, Natalia inventa formas de acallar la constante queja: papel higiénico, cucharillas, leche (caliente fría) esponja, sus medias, una carona. Todo para calmar esa nada. Van quedando los rastros de su compasión por la casa. Para la noche, lo envuelve, lo abriga, le resguarda un rincón en el patio. Pero él, diminuto y ciego, persiste. Maúlla sin saber que maúlla, se arrastra y vence las barreras amorosas que ella le ha puesto. La convoca por sobre el sueño y la distancia. Natalia acude: zafado de la manta, en medio de un charco frío de agua, una chotota ya rastreó el olor de la derrota en ese huérfano doliente.
Natalia llora. Lo mete a su cuarto, lo arropa. Sigue llegando el frío y él persiste. Deja el abrigo, busca, rastrea incompleto, inútil.

Natalia levanta los ojos y me busca. Pregunta.

Disculpa niña, es tan pequeño este gatito, y es tan grande la muerte.

7 Comments:

Blogger Oscar said...

Su página posee una intensidad uterina, una ternura materna y una ferocidad silvestre.

Le quedo agradecido.

12:37 a.m.  
Blogger Valentina said...

He vuelto!!
y espero esta vez con mas cuerda, ya veremos

lo tuyo conmovedor y profundo, como siempre, sos genial

(donde consigo inutil ardor? en lewy no tenian...)

un abrazo

vale

10:36 p.m.  
Blogger Albanella said...

Hermosas imágenes las que plasmas. Una vida entre dos manos cuyo corazón retumba por seguir viviendo.

Hermosas de verdad..

1:29 p.m.  
Blogger un ciclista said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

5:53 p.m.  
Blogger Claudia, hija de Matilde said...

No. Al parecer insistir, sacrificarse, buscar incansable y cansado, enfrentarse desnudo y honesto, a veces no es suficiente.

5:59 p.m.  
Blogger un ciclista said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

2:15 p.m.  
Blogger la mujer habitada said...

Tus letras me han dejado con el corazón entre las manos.

Natalia es muy dulce. La gran muerte puede llevarse muchas cosas, pero esa dulzura, cuando está, se queda.

Un abrazo grande

4:14 p.m.  

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