Ahora
Somos viejos, me dice, y recién entiendo mi herida. Esta nueva herida de no ser única.
Somos viejos. Nuestros pasados, el de cada uno, nos hacen lentos, pesados. Desconfiados.
Ahora, sus días tienen un nombre. Es justo que así sea.
Somos viejos. Nuestros pasados, el de cada uno, nos hacen lentos, pesados. Desconfiados.
Ahora, sus días tienen un nombre. Es justo que así sea.
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