martes, enero 08, 2008

Ese recorrido

¿Te das cuenta que me pides cosas que nadie más pediría? le dije cuando sugirió que fuéramos en bici, cruzando todo el centro a eso de las tres de la tarde. Cosas incómodas, le dije; el calor, llegar sudando. Yo quería ir con falda.

Por las losetas, el traqueteo de los fierros viejos de mi bici. El silencio de la prestada que usaba él. Mi dedo en la campanilla que insiste (tlín tlín) en cada desnivel. En cada esquina estirar el cuello (pero no sudo) y pasar, o esperar (está fresco el viento) y a veces que te cedan el paso, agradecer con la mirada, con un movimiento de cabeza (agradece él, yo nomás paso). Algunos nos miran al pasar, imagino con envidia cuando los superamos, libres cabalgando zancudos rodantes.

A la derecha de la vía, él a mi lado un poquito detrás, y los autos le bocinean porque ocupamos más espacio. ¿No ves que me pongo más nerviosa con vos ahí? No ve. Prefiere protegerme (es lindo que el hombre me proteja).

Poco movimiento en el centro, hasta llegar. Me traje esta toallita roja para secarme así la cara, los brazos ¿ves? cuando lleguemos. ¿Quieres? No, pero igual se la paso por los pómulos, bajo la nariz. Desaparecen las gotitas de su piel.

Nos abrirán la puerta, pediremos agua, nos traerán agua con hielo y tomaremos mucha.

A la vuelta, le digo que el recorrido hubiera sido uno más, en un día cualquiera, si hubiéramos ido en mi auto. Pero que en bici, era inolvidable.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

como siempre Claudia, vos original y rompiendo los esquemas, no sólo en "ese" recorrido, sino en el largo recorrido, en las esquinas y en los cruces de tu vida...
sigue rompiendo los esquemas y felicidades, feliz año

11:40 a.m.  
Blogger hermany said...

Las pequeñas cosas de la vida...

Sublime...


Abrazos.

12:23 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Ojala todos tuviéramos esos ojos.

9:42 a.m.  

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