miércoles, julio 21, 2010

El elástico

Es así: hay acontecimientos, encuentros que uno espera. Esos momentos están atornillados en algún punto, y tienen anudados a ellos un elástico. La otra punta de ese elástico esta cosida a mi pecho. Me va jalando el momento desde ese lugar en que se encuentra detenido, yo haciendo, pero va atrayéndome a través de los días y yo apenas atravieso, voy de paso por todos los lugares, por todas las personas intermedias, concentrada la mirada solamente en lo deseado.

viernes, julio 16, 2010

Lo que sucede

En la calle, la gente. En la ventana, ella (tercer piso). Los autos pasan. Los ruidos suceden. Ella lejana. Mirar la calle simplemente. Quedarse inmóvil simplemente. Parece paz. Pero sabe desde lo inmóvil (primero había sido un diminuto pedazo transparente) que va arrancándose la piel (pero ahora eran largas lenguas desapegadas). Sabe desde el silencio que va destruyendo minuto a minuto, detalladamente, el último puente. Cuando la piel no la contenga, cuando el puente aúlle destrozado (tercer piso), seguirá impávida desde la ventana, vacía (por sí misma) de sí.

jueves, julio 15, 2010

.

nadie tendrá mi corazón

miércoles, julio 14, 2010

Dejar de existir

Esa noche, en la calle atestada de comercio y gente, había visto a aquel joven delgado y moreno moverse casi espasmódico. "Que bailen las chicas" saliendo de un aparato apoyado en un taburete detrás de él. La ropa de pobre intentando ser ropa de moda, un micrófono que no funciona en su mano, a pesar de lo cual grita palabras desde su garganta seca, siguiendo las palabras que salen de la cumbia. Baila. Bate su cabeza. Dice cosas mientras el gentío sordo pasa. Anima la calle. Desde un paño rojonegro en el piso, espera que le paguen que le regalen que le reconozcan que le escuchen que. Media cuadra antes, un hombre balbucea aaa de vez en cuando. Su grito rompiendo el murmullo cada tanto. Vende algo: cosas.

Esa noche era lo atestado, lo bullicioso, contrario al silencio, pero igual. Era el joven que podía dejar de existir batiendo la cabeza inútil. Todo en él vulnerable (y por eso imbatible).