están fríos los fierros sobre los cuales debo apoyar los talones, ‘recórrase un poco hacia abajo’ me dice, yo sin mirarle a la cara
la camilla del ginecólogo está cubierta de plástico y es fría
me contaba una amiga que mientras alumbraba nada más miraba un cuadro de la virgen para no perder la entereza, ‘no tenga miedo’, no, yo no tuve cuadro, va pellizcando allí adentro, no tengo cuadro, ‘un poquito más’, tomando pequeñas muestras de mí
después pondrá en tubos de vidrio las lágrimas de mi sexo
me dejo examinar, pero si ya... pero si cuántas veces... no es ig - ‘falta poco’
no es igual, él arranca expropia enajena diminutos pedazos de mí
no hay virgen
es fría esta camilla, los hijos, los años, mi edad, no es lo mismo, ‘no se mueva’ un pellizco pequeñito, plástico, grosero, y la entereza
empiezo a llorar